La miel aporta beneficios a todo el organismo tales como el aumento del riego sanguíneo en el corazón que regula el ritmo cardíaco y aporta energía. También tiene efectos expectorantes y sedantes en el aparato respiratorio resolviendo problemas de garganta, asma y gripes, ayuda a disminuir el colesterol y combatir la anemia, impide el desarrollo de bacterias digestivas, favorece la eliminación de grasas del hígado y es una fuente rica en vitamina B, ácidos naturales, minerales, proteínas, aminoácidos y otras sustancias.

La almendra es el ingrediente principal del turrón y constituye un componente importante para la dieta mediterránea con beneficios y ventajas para la salud. Su composición destaca en un 20% de proteínas, 14% de fibra y 54% de grasas (en su mayoría en forma de ácido oléico, perfecto para regular el colesterol en la sangre).

Por su alto contenido en vitamina E, la almendra proporciona una dosis alta de antioxidantes evitando la aparición de enfermedades coronarias. Además, su elevado contenido en potasio y fósforo ayudan al metabolismo y lo convierten en el fruto seco con mayor contenido de fibra, un factor necesario para regular el tránsito intestinal y evitar la aparición de enfermedades cardiovasculares.

Junto a la miel, el azúcar aporta ese dulzor característico del turrón. En nuestro caso, el uso de azúcar simple favorece al organismo, pues acelera el metabolismo y aporta energía al cerebro y el sistema nervioso.